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MArielys Ávila

Tony Robbins Una experiencia inolvidable: el día que caminé sobre brasas ardiendo.

He vivido una de las experiencias más inolvidables en mi vida y comenzó la misma noche del lanzamiento de mi curso Lanza tu reto estratégico.

Fue realmente maravilloso, salí esa noche a Londres, donde me encontré con Azucena Caballero. Ella ha sido mi mentora, mi clienta, mi amiga, mi compañera de cursos, pero hasta entonces no nos habíamos visto en persona.

Durante el trayecto a Londres me sentía emocionada, pensaba en lo bueno que ha sido el Universo conmigo pues allí iba a encontrarme con una persona tan especial como ella y juntas haríamos uno de los seminarios más trascendentales para toda emprendedora dirigido por Tony Robbins. Yo pensaba que el seminario sería de 3 días, pues debido a mi ocupación con el lanzamiento de mi curso no había podido leer bien la información, fue muy grato enterarme que serían 4 días de seminario, ¡como si me obsequiaran un día adicional!

Entre los documentos que me tocó rellenar para el seminario estaba un formulario de la organización Tony Robbins. Inicialmente no sentí mucha confianza cuando leí que si se me ocurría pasar por las brasas la organización no se hacía responsable de lo que pudiera ocurrir, además decían que no se podía sacar fotos ni videos, lo que me dejó ver cuán estrictos son.

Mi viaje fue cómodo y rápido, pagué un extra para sentarme adelante pues el avión iba full. Durante el trayecto recordé mis días cuando viajaba constantemente a impartir mis cursos, lo recordé con cariño pero agradecí que ahora trabajo 100% online porque ya no me preocupo por comprar boletos, hacer maletas, etc. El duty free estaba maravilloso, la verdad es que me hubiera encantado quedarme ahí más tiempo, también se me había olvidado que el Reino Unido no circula el Euro, así que me pareció un tanto fastidioso cambiar mis Euros por esos billetes que parecen de monopolio.

Llegué a Londres y recibí un mensaje de Azucena, me decía que estaba en el hotel y se iba a acercar al lugar del evento: Unleash The Power Within. Le respondí que acababa de llegar y debía retirar mi maleta.

Me tomó dos horas llegar al hotel, ¡sí! ¡2 horas desde el aeropuerto al hotel! Azu me dejó la llave en la recepción. ¡Al entrar allí estaba ella! ¡Tan linda, Azu! Nos dimos un abrazo, con esa sensación de que hemos sido amigas toda la vida, la emoción realmente era muy grande.

En el Mastermind una vez bromeamos diciendo que cuando nos conociéramos en persona veríamos quién era más alta de las dos, ¡la sorpresa fue que somos del mismo tamaño!

A mí se me había olvidado que en el Reino Unido los restaurantes cierran a las 22H, en cambio Azu estaba muy preocupada pues ella vive allí. Azu conoce muy bien Londres, así que fue como una guía turística. Nos comimos unas hamburguesas ¡y por supuesto nos hicimos las respectivas selfies para las redes sociales! Esa noche hablamos hasta las tantas, teniamos mucho que contarnos.

Llegó el jueves y nos levantamos bien temprano, por supuesto ¡estábamos con la adrenalina a millón! Queríamos llegar a tiempo, pues ya nos habían contado historia de personas que se sentaban en el piso así que quisimos prevenir; también nos dijeron que si lográbamos sentarnos junto al pasillo podríamos ver a Tony de cerca pues eventualmente camina por los pasillos mientras da sus conferencias.

Apenas llegamos al lugar se sentía la energía, la emoción era grandísima, todos nos daban la mano. Había una cantidad increíble de personas, sentí que me desmayaba apenas vi esa multitud, pero la organización fue tan buena que pudimos entrar rápido al evento. Estuvimos un rato esperando ya adentro y de repente las luces se apagaron. Un cronómetro se activó desde un minuto y medio en cuenta regresiva, indicándonos que en ese tiempo llegaría Tony. Todo era intenso, se vivía la alegría y emoción.

Tony llegó y se respiró una súper energía. Nos habló de los 3 elementos de la psicología práctica: las necesidades humanas, la forma de comunicación y los miedos. Así nos preparó para lo que vendría: pasar las brasas.

Después de escuchar a Tony durante 10 horas sin una pausa donde bailamos, meditamos, cantamos, nos empoderamos, crecimos en aprendizaje. Hasta vi gente llorando en un momento cuando volví después de salir u momento a comer, no me enteré qué había dicho durante esa meditación, pero seguro fue algo que les llegó al alma, se acercaba la hora de las brasas.

La energía era muy positiva, la música maravillosa. Todos comentaban que pronto caminaríamos sobre las brasas. Yo le preguntaba a quienes estaban a mi lado si lo harían, pues gracias a las dinámicas se creó un ambiente de amistad entre los que estábamos allí. De repente Tony decía que abrazáramos a quien estaba a nuestro lado o que le diéramos un masaje, le dimos masajes y abrazamos a muchos desconocidos.

En el evento había personas especialistas negocios online y marketing digital, así como nosotras, pero también coaches,habían personas minusválidas, enfermas de cáncer, otras que querían rebajar, o encontrar pareja y así todo tipo de gente con distintas metas 67 nacionalidades diferentes idiomas pero con un solo objetivo: vivir sin límites. Trece mil personas unidas por ese mismo objetivo.

Tony comenzó a prepararnos más específica y directamente para caminar sobre las brasas. Yo estaba convencida de que no lo haría, le decía a mis vecinas que ese tipo de cosas no me gustan. Le pregunté a Azu y ella me respondió que vería, se mostraba más dispuesta que yo. En las últimas dos horas Tony nos empoderó y comencé a sentir que podía controlarlo todo, mi mente y mis miedo, que nada podía detenerme. Fue algo muy especial, de repente estábamos haciendo el recorrido hacia las brasas, como si se tratara de una procesión en semana santa.

A lo lejos se escuchaba la música de tambores, como una música ancestral, en el recorrido la gente grita “¡yes! ¡yes!”, ¡yes!”, y hacíamos movimientos de victoria con los brazos. Podía percibirse el olor a carbón quemado, si mal no recuerdo habían 28 brasas. La procesión compuesta por hombres y mujeres, jóvenes y adultos mayores, todo caminábamos hacia las brasas, a nuestro alrededor la gente de seguridad, a lo lejos el sonido de los tambores y sobre nosotros la noche.

Tony nos dio los comandos en el auditorio, lo que debíamos repetirnos durante el trayecto cuando caminaramos sobre las brasas, hacia dónde teníamos que mirar, nos indicó el paso a paso, debíamos confiar en nosotros mismos y repetirnos las frases una y otra vez.

Azu pasó sobre las brasas primero que yo, y entonces me llegó el momento.

Voy a confesarlo: no sé cómo no salí corriendo luego de ver a un hombre que llevaba carbones encendidos en una carretilla como las que se usan para trasladas el cemento en las obras de construcción. Ese hombre tomaba una pala y echaba los carbones encendidos rojitos para que nosotros pasáramos sobre ellos.

Me daba el olor a quemado y allí estaba yo, lista para caminar sobre brasas encendidas, recibiendo las instrucciones en inglés de un hombre que formaba parte del equipo de Tony, este hombre me decía “mírame a los ojos, recuerda los comandos y camina hasta el final sobre las brasas, ese es tu objetivo, eso es lo que quieres lograr”.

Le pedí permiso, dispuesta a comenzar mi camino hacia la meta, a lograr mi objetivo, e inicié mi camino descalza sobre las brasas.

Del otro lado me esperaba mi querida amiga Azu.

¿Qué sentí?

Me sentí completamente una mujer empoderada, sí sentí las brasas calientes, pero no me quemé.

Llegué al final y abracé a Azu, temblaba de la emoción, lloraba, ¡quería gritar!

Esta experiencia me ha reforzado mi convicción: sé que mis miedos no me controlan, que soy lo que pienso, que tengo el control sobre mis pensamientos.

Esta historia continua, espera mi proximo blog.

Marielys